El museo de la farmacia militar se crea en 1928 en la antigua ubicación de la calle Embajadores en Madrid. Posteriormente en 2015 se traslada la ubicación actual en la Base Logística Militar San Pedro en Colmenar Viejo.
La exposición recoge la relevancia del boticario a lo largo de la historia tanto en su faceta militar como investigadora. Está dividida en 12 áreas temáticas, en las que nos muestra cómo han evolucionado las funciones del farmacéutico en los últimos siglos. Podemos comenzar a verlo en la recreación de un laboratorio yatroquímico del siglo XVII, donde se elaboraban preparados para las tropas mediante la alquimia, hasta la llegada de los medicamentos de origen industrial que comienzan su andadura en el siglo XVIII ,hasta su posterior implantación.
La exposición incluye una selección de 20 uniformes que han identificado a los farmacéuticos militares a lo largo del tiempo. El primero de todos es el uniforme concedido por Carlos IV en 1796.
También cuenta con una sala con una extensa colección de drogas obtenidas de los minerales, y plantas medicinales procedentes de las colonias españolas.
Destaca la colección del museo con una joya bibliográfica como es el herbario de Pio Font Quer, recogido en el Dioscórides, libro de tenencia obligatoria hasta hace poco en las farmacias.
Cuenta también, con una recreación de una farmacia de campaña, donde podemos ver el equipamiento con el que se desplazaban las tropas a los campos de batalla.
Las farmacias militares se crean en el siglo XIX, con el objetivo de llegar a la población más desfavorecida donde no llegaban los medicamentos al ser muy caros.
Por último, se pueden ver los medicamentos más estratégicos y antídotos fabricados que son aquellos que aparecen según se necesitan, para hacer frente a pandemias o a fugas radiactivas. Destacamos dentro de estos los autoinyectables.
Por Susana Campos.
Profesora del Ciclo Formativo de Grado Medio de Farmacia y Parafarmacia.